Muchos de los que ingresaron a la universidad durante la primera guerra comercial de Trump con China están listos para convertirse en piezas clave del motor de la alta tecnología china.

Cuando Jack Wang se matriculó como estudiante de microelectrónica en una prestigiosa universidad china, era el año 2019, y China se encontraba en los inicios de su guerra comercial con Estados Unidos.

En retrospectiva, su decisión de centrarse en el campo del diseño y la fabricación de microchips de alta tecnología ha resultado premonitoria. Hoy en día, complementa las aspiraciones de Pekín de fabricar semiconductores de vanguardia, en medio de los crecientes esfuerzos de Washington por frenar el progreso tecnológico de China.

De hecho, el sector ha crecido a pasos agigantados en los seis años transcurridos desde que Wang estableció su enfoque de estudio, y ahora constituye la columna vertebral de los avances en inteligencia artificial (IA).

“Me di cuenta de que esta industria estaba en auge y que la IA había sido bastante popular en aquel entonces, pero no era tan eficaz como hoy”, afirmó.

2019 también fue el año en que el Ministerio de Educación de China aprobó la primera promoción de carreras de IA en 35 universidades, siguiendo un plan de acción de 2018 que buscaba convertir a las universidades chinas en centros globales de talento que lideraran el desarrollo de la IA de próxima generación para 2030.

Hoy en día, más de 535 universidades en China ofrecen carreras relacionadas con la IA, y casi la mitad de los mejores investigadores de IA del mundo son del país, según datos recientes de Morgan Stanley.

Esta enorme reserva de talento en IA, en una nación de 1.400 millones de habitantes, le está dando a China una ventaja competitiva en un campo que se ha convertido en un campo de batalla decisivo en la competencia tecnológica y geopolítica global, según investigadores y profesionales del sector.